Mirá la marca del cliente cabrío, semental. ¿Paga con su propio cuerpo? Mirá y grabala; después podrás pensar en esta cosa y convertirte en el propio diablo o en el ajeno, el que te guste más, y tendrás de ese modo la capacidad de hacerla sufrir con horas y horas de construir infiernos sobre el suelo del infierno. Pensá y odiala; que te ame mientras la aborrecés; y que te ame mientras la odias para siempre; así seguirá a tu lado y la huella cubrirás de pintura roja y el maldito pie en el interín se lastima de sangre y pierde su último contacto con el cielo y ahí, en ese preciso momento, entrarán a otro paraíso y serás tu ángel y encontraras otro ángel y nuevos infiernos.