Mirá la marca del cliente cabrío, semental. ¿Paga con su propio cuerpo? Mirá y grabala; después podrás pensar en esta cosa y convertirte en el propio diablo o en el ajeno, el que te guste más, y tendrás de ese modo la capacidad de hacerla sufrir con horas y horas de construir infiernos sobre el suelo del infierno.
Pensá y odiala; que te ame mientras la aborrecés; y que te ame mientras la odias para siempre; así seguirá a tu lado y la huella cubrirás de pintura roja y el maldito pie en el interín se lastima de sangre y pierde su último contacto con el cielo y ahí, en ese preciso momento, entrarán a otro paraíso y serás tu ángel y encontraras otro ángel y nuevos infiernos.
Pensá y odiala; que te ame mientras la aborrecés; y que te ame mientras la odias para siempre; así seguirá a tu lado y la huella cubrirás de pintura roja y el maldito pie en el interín se lastima de sangre y pierde su último contacto con el cielo y ahí, en ese preciso momento, entrarán a otro paraíso y serás tu ángel y encontraras otro ángel y nuevos infiernos.
Me gustó mu-chí-si-mo. Es una puta o el la trata de puta?
ResponderEliminarA mi me gusta la poesía y la prosa de David Rojas por lo siguiente: hay muchos poetas o intentos de serlo -no voy a dar nombres- que gustan de usar malas palabras. Por ejemplo, para contar lo que Rojas cuenta en éste texto hubieran "puta tragala" o algo así. ¿Y qué nos dan? Un texto no-poético, sino pura violencia escrita, no se llega a percibir ningún aura especial en esos poemas, se quedan en un mero libertarismo idiomático que no construye nada, porque no expresa nada que no se pueda expresar con un "tengo ganas de coger". En cambio, Rojas fuerza al lenguaje para encontrar el momento aurático, y si bien a veces utiliza malas palabras, están puestas para contrastar dialécticamente con la combinación de los demás conceptos.
ResponderEliminarEso es lo que opino, y más luego de leer este texto.
Realmente no había entendido, al parecer, del todo bien el texto; gracias euge por las explicaciones.
ResponderEliminarTirado en la cama, fumándo un cigarro, luego de hacer el amor con el Diablo... Eso es vida!
ResponderEliminarCerdo, muy bonito!
ResponderEliminarLo que pasa es que no es sólo hacer el amor, sino que se marca como hacer el amor de forma violenta, criticar el modo en que la sociedad nos inculca a mover nuestros cuerpos y atragar y salivar.
ResponderEliminarNo se entiende bien, para mí es una prostituta de la cual él se enamora a pesar de que es un amor prohibido.
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