Rodriguez llegó a la oficina cinco minutos antes para nada: en cuanto abrió la puerta recordó que era Jueves Santo y que él era el único boludo que había aceptado trabajar ese día. "Hoy podría haberme quedado durmiendo un rato más, podría haber desayunado en casa, incluso ver el noticiero, pero soy un pelotudo y llegué puntual al trabajo".
Encendió las máquinas, encendió el aire acondicionado, abrió las persianas, corrió las cortinas. Luego fue a la cocina a prepararse algo caliente para tomar.
Abrió la canilla, sintió el fuerte olor a cloro del agua y llenó la pava; encendió una hornalla, prendió un cigarrillo con la llama, y se apoyó contra la mesada a esperar que hirviera el agua para el té. Acostumbrado a desayunar todos los días, sentía un agujero en el estómago. "Además, sino desayuno, me da acidez... ¡Y anoche no cené, ahora que recuerdo! Cierto que me quede dormido mirando los 13 minutos que le faltaban completar a River del partido suspendido"...
La pava chilló, así que apagó el fuego, tomó una agarradera, y volcó el agua dentro de la taza; hundió un saquito en el líquido caliente, esperó que tomara el color caoba que tanto le gustaba en las infusiones, abrió el tarro del azúcar para ponerle sabor a su bebida, pero... no había azúcar. Resignado bebió el té amargo de un trago, lo escupió y luego arrojó la taza dentro de la pileta: utilizó un poco de fuerza bruta, involuntaria, y la taza se rompió en varios pedacitos. Tomó el pedazo más grande, lo sopesó y luego lo arrojó contra la pared. Una sensación placentera le recorrió el brazo al ver como la cerámica se hacía astillas. Excitado por el descubrimiento, comenzó a tomar más tazas del aparador y a estamparlas contra las paredes. Agarró una silla y se puso a pegarle a los platos que reposaban sobre el escurridos de vajilla. Rompió todo lo que había para romper en la cocina y luego, empuñando un palo de amasar, empezó a correr por el resto de la oficina, de escritorio en escritorio, rompiendo computadoras, teléfonos, faxes, los reproducciones de pinturas famosas que adornaban las paredes.
Levantó las alfombras; con un marcador escribió obscenidades en las paredes; fue a cagar y dejó la puerta abierta.
Al final se acercó a una ventana, rompió el vidrio, y asomó su cabeza por el hueco.
Aspiró el aire cargado de humo de la capital, sintió el sol en su cara. Pensó en un gato y se sintió uno y comenzó a imitar el ronroneo felino. Sintió crecer esponjas en la palma de su mano y su rabo moverse de un lado a otro muy orondo. Las cámaras de seguridad lo tienen todo filmado.
Encendió las máquinas, encendió el aire acondicionado, abrió las persianas, corrió las cortinas. Luego fue a la cocina a prepararse algo caliente para tomar.
Abrió la canilla, sintió el fuerte olor a cloro del agua y llenó la pava; encendió una hornalla, prendió un cigarrillo con la llama, y se apoyó contra la mesada a esperar que hirviera el agua para el té. Acostumbrado a desayunar todos los días, sentía un agujero en el estómago. "Además, sino desayuno, me da acidez... ¡Y anoche no cené, ahora que recuerdo! Cierto que me quede dormido mirando los 13 minutos que le faltaban completar a River del partido suspendido"...
La pava chilló, así que apagó el fuego, tomó una agarradera, y volcó el agua dentro de la taza; hundió un saquito en el líquido caliente, esperó que tomara el color caoba que tanto le gustaba en las infusiones, abrió el tarro del azúcar para ponerle sabor a su bebida, pero... no había azúcar. Resignado bebió el té amargo de un trago, lo escupió y luego arrojó la taza dentro de la pileta: utilizó un poco de fuerza bruta, involuntaria, y la taza se rompió en varios pedacitos. Tomó el pedazo más grande, lo sopesó y luego lo arrojó contra la pared. Una sensación placentera le recorrió el brazo al ver como la cerámica se hacía astillas. Excitado por el descubrimiento, comenzó a tomar más tazas del aparador y a estamparlas contra las paredes. Agarró una silla y se puso a pegarle a los platos que reposaban sobre el escurridos de vajilla. Rompió todo lo que había para romper en la cocina y luego, empuñando un palo de amasar, empezó a correr por el resto de la oficina, de escritorio en escritorio, rompiendo computadoras, teléfonos, faxes, los reproducciones de pinturas famosas que adornaban las paredes.
Levantó las alfombras; con un marcador escribió obscenidades en las paredes; fue a cagar y dejó la puerta abierta.
Al final se acercó a una ventana, rompió el vidrio, y asomó su cabeza por el hueco.
Aspiró el aire cargado de humo de la capital, sintió el sol en su cara. Pensó en un gato y se sintió uno y comenzó a imitar el ronroneo felino. Sintió crecer esponjas en la palma de su mano y su rabo moverse de un lado a otro muy orondo. Las cámaras de seguridad lo tienen todo filmado.
Excelente narrativa... casi cague con él...
ResponderEliminarNo entiendo dónde homenajeas a Clarke!!!!
ResponderEliminarYa pasó semana santa. no comí pescado, pero si comí muchos huevos! zafé de la disforia, y vos?
ResponderEliminarHace tiempo que no pasaba, veo que el sitio sigue tan fresco como siempre. Para aquellos que no lo entendieron, la disforia es un estado de ánimo melancólico o eufórico causado por la falta de alimentos básicos. En este caso el azúcar.
ResponderEliminarAcá, el personaje se desdobla al punto de perder su cuerpo en un az de luz mientras busca escapar al encierro laboral.
Se notan las influencias house y Artianas; Clarke está presente en las ganas de escribir un relato fantastico-científico -científico en la disforia :P
Sos malo y no hay con qué darle, fuera Cerdo, fuera!
ResponderEliminarMuy simpática tu historia
ResponderEliminarTenés que mejorar, te falta mucho en el camino del samurai
ResponderEliminarHola, ya lo leí. Igual ya te dije por Messenger lo que opino, un beso.
ResponderEliminarYo creo que debe ser una de las demás cosas más feas tener que trabajar mientras los demás descansan. Por eso me siento identificada con el personaje.
ResponderEliminar¡Me ubieras llamado, loca total!
ResponderEliminarAhora hay putos también.
ResponderEliminarIoIoIo!
ResponderEliminarCómo la canción esa que no recuerdo el nombre pero cualquier otro puto sí.
La belleza de un mediodía en Bs. As. solo se puede captar si uno está encerrado en una torre bien alta, mirándo los autos pasar.
ResponderEliminarFelices Pascuas, David!
ResponderEliminarGenial David. Espero que sea cierto el rumor de que pronto te vamos a poder leer en papel!
ResponderEliminarBellas palabras, como siempre mi amigo. Me gustó tu cuento, quiero un poco más, si?
ResponderEliminarAdemás del Merlense, David va a empezar a escribir en otro periódico local, pero en papel. Esa es la versión en papel que decían.
ResponderEliminarDavid, avisame cuando salga el diario asi lo compro.
ResponderEliminarMora: me parece que no entendiste nada. El tipo quería azúcar, las moscas comen azúcar; el tipo está contra el vidrio y chilla por salir, las moscas se pegan a los vidrios y chillan por salir; el tipo dejó de verse, el tipo se convirtió en una mosca.
ResponderEliminarNena, hay que leer antes de hacerse la intelectual.
RRR: callate la boca. Es un cuento sobre la mierda que es trabajar, bien realista. El tipo aprovecha que da la cámara y se va a una plaza a tomar sol.
ResponderEliminarAh, Mora, vos tampoco entendiste nada!
Ya. Se extrañan las polémicas. Voto por Maru.
ResponderEliminarPuesto que me has invitado y puesto que me ha gustado, no podía irme sin dejarte un besazo.
ResponderEliminarSuerte!
Maru tiene razón, es un cuento realista.
ResponderEliminaronda onda, mala onda!
ResponderEliminarLas palabras nos unen, amigo mío. No dejes que se rompan.
ResponderEliminarDe dónde carajo sacan que es una mosca? Se va con el sol, se convierte en energia. Es 100% un cuento de Clarke, como dice MORA!
ResponderEliminar*************************
Mala, malísima, la capacidad interpretativa de Maru.
Me aburro David! Quiero irme ya a mi casa!
ResponderEliminarSi, yo también me aburrí con el cuento.
ResponderEliminarLeí un comic, una vez, de Cazador, donde él contaba que había participado en la guerra de Malvinas. Cazador era la furia que aniquilaba ingleses, y hubieramos sido la guerra si no fuera xq' recibia la orden de esconderse en un trinchera. Luego, nadie le avisaba que saliera y Argentina perdía las islas.
ResponderEliminarYo creo que a veces nos quedamos metidos adentro y luego así nos va. Lamentablemente tenemos que aprender a vivir con eso y conformarnos con lo que nos quedan. Nadie me avisó que tenía que sacar la cabeza del hueco. Así estoy. Me alegra que seas felíz.
Si estabas aburrido me hubieras llamado, yo iba y te cebaba mate, que es más rico amargo.
ResponderEliminarMuy buena tu historia, aguante el cerdo!
ResponderEliminarTu blog es aburrido, soso, triste como un pan duro. Deberia llamarse pan_duro.blogspot.com
ResponderEliminarMe gusta más la interpretación de Mora, qué querés que te diga.
ResponderEliminar.
ResponderEliminarePA, qUE lINDA eNTRADA tE mANDASTE aQUI. sALUDOS dESDE mEXICO!
ResponderEliminarCerdo bucolico, me arte de leer los comentarios de la gente que sigue tu blog. Hay sobervios, pseudo intelectuales y pelotudos, como vos. Este cuento no hace mas que mostrar tu capacidad de inducir al mal uso del lenguaje. Encima cada día te veo mas loca! Putito.
ResponderEliminarBueno cerdinho, al fin pude leer tu ultimo cuento, me resulta atractivo como lo armaste,el realismo me gusta para ciertas cosas dentro de lo cotidiano. Esta es una de ellas. Un beso
ResponderEliminarAhora bien porque es necesario todo eso mecansedecerdos?
Debería aprender a decir NO
ResponderEliminarSi, si es necesario porq nadie se lo dice seguro que vos sos una de las que le chupa las medias. Seguro sos una de las prostitutas que se acuestan con el. Cerdo infeliz. Tirate a un pozo de mierda. Mal humano!
ResponderEliminarNo lo puedo creer! ¿Quién se atreve a venir acá a insultar y decir boludeces? Además, si tenés algún problema con David, NO TENES POR QUÉ AGARRARTELA CON LA MAGA.
ResponderEliminarPropongo una campaña ya de comentarios de repudio contra mecansedecerdos y apoyo a David, La Maga y todo aquel que sea insultado en este espacio.
Nos gustaría saber porque llamas "Mal humano" a David, exponé tus razones. Además, primero le tiras flores -le decis bucólico, es todo un movimiento artistico y para mi de los más importantes-, luego insultas gratuitamente.
ResponderEliminarEscribis como una mujer despechada, todo eso de llamar prostitutas a las demás y tiras la piedra porque aprovechas el anonimato.
Bueno, ante todo expreso mi repudio a "mecansedecerdos": evidentemente, no tiene nada que hacer aquí. Si no le gusta Dame Bola, que se vaya. En lo personal, no me importa un pedo si David es buena o mala persona: me importa que escriba lindo, asi disfruto de sus textos y nada más -ah, si, que luche, luche, luche, ahí es de oro (duro y brillante).
ResponderEliminarBueno, luego le contesto a RRR y Maru: ¿no les parece que podrían esforzarse un poquitín más en la redacción? Digo, podrán criticarme de todos lados, pero mi prosa es más narrable, no parece un cable de Telam. Esto a modo de plantearles: ¿Y si no saben escribir, porque habrian de saber leer? El niño aprende copiándo las letras a un papel, luego las asimila.
Bueno, nada más.
No me canso del cerdo!
Mora.
¿Qué pasó? Ah... Yo no lo vi, no le presto atención a esas boludeces -mi forma de hacerme indiferente a los insultos.
ResponderEliminarLo aseguro: David NO ES puto!
ResponderEliminarY qué problema hay si es puto?
ResponderEliminarNo me voy a meter en ninguna de las discusiones. Solo quiero agradecer a Claudia por responderme.
ResponderEliminarSaludos.
Si no se dieron cuenta, Maru cambio su nick de "fanática racional del cerdo..." a "Maru". Y agregué foto. Eso es dar la cara, no como otras personas. Ah, y escribe en tercera persona de a ratos ñaca-ñaca-ñaca!
ResponderEliminarDame bola q se chupe una, el resto que se la siga chupando a david cerdo atrevido y cornudo, mas que cerdo deberias ser cabra y en femenino. la cabra loca sin galera de david rojas. Ustedes no tienen ni idea. Solo conoces a david cuando te acostas con el y descubris lo que es realmente. Ahora bien su literatura es bucolica y odio lo bucolico, si tuviera obras publicadas organizaria una quema de sus libros.
ResponderEliminarY opino y entro todo lo que se me antoja la cajeta maru-longa, este es un espacio libre. Sino que ponga restricciones a quienes pueder firmar
putos
la maga maru y mora son unas putas, como todas tus mujeres
ResponderEliminarDavid/Cerdo: Es que no puedo leer este cuento sin imaginarte narrándomelo, y ocupando el lugar de Rodriguez, pero en vez de tomar té tomas café (como en la historia del papel con perritos).
ResponderEliminarMora, Maga y Maru todo mi apoyo, no se quién es la muchacha que se cansó de los cerdos, pero no hay que darle bola, seguramente debe tener sus motivos para hacer esto.
Gisella, ¿Qué raro que no saliste en defensa de David? ¿No serás vos la que se cansó de los cerdos??? espero que no.
MECANSEDECERDOS, tenes toda la razón, para conocerlo a David hay que acostarse con él y ahí podes descubrir que es una mezcla exacta entre cerdo y gallinita Có có có.
un beso a mi cerdito.
PD: te extraño
PD1: es el post más comentado y recién estamos en marzo, lo que nos espera!!!!
PD2: Maga quiero las fotos, del sabado!!!!!!!!!
Me gustó mucho, hace rato que esperabamos un cuento tuyo.
ResponderEliminarLa puta q los pario, en ves de andar boludeando con giladas y perdiendo teimpo en pelotudese, xq no utilizan su teimpo para hacer lo q el personaje, tan muy al p2.
ResponderEliminarSilvia:
ResponderEliminar1) ¿Quién te dio esa confianza?
2) No me acosté con EL CERDO; LE HICE EL AMOR A DAVID ROJAS y eso es MAS de lo que cualquiera, sea MORA MAGA MARU SIL o MECANSE DE CERDOS puede llegar a decir.
3) No lo defiendo porque nadie -bueno, unos pocos- defendió mis intereses cuando pedí una CAMPAÑA de comentarios LLAMA A GISELLA.
4) Y NO SOY YO ESA PERSONA MALEDUCADA. Sólo una persona en el mundo tiene esa pésima redacción y es... MARIANA, la ex novia de David, y si no que David muestre las cartas, si no es que las dejó morir en la humedad, como el dice.
Todos se pelean, así que voy a obviar las peleas y dejar un comentario acerca del cuento. El mayor problema que encuentro está en la progresión de la furia que estalla cuando el personaje comienza a roper todo. No hubo una verdadera acumulación de enojo como para reventar así de golpe, de modo que este punto no me convenció.
ResponderEliminarSí me gustó el final. Precisamente, por lo abierto. Los finales abiertos no se explican, y cada uno puede leerlo como le de la gana. Ahora, el que leyó que se convertía en mosca ¡qué imaginación estupenda!
http://contenidosincontinente.blogspot.com/
Me gustó el cuento, aunque hay un problema en el nudo, es cierto. De todas formas yo buscaba información sobre transtornos alimenticios, así que me voy con una bonita impresión de literatura. Un saludo para el Cerdo, a quien se ve que le va bien con las mujeres. Tal vez debería hacerme escritor, para que se peleen por mí.
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