Qué bueno es cuando piensan en uno gratuitamente y le hacen regalos así: Proyector. Es un poema que María Mansilla, genial poeta y amiga a prueba de babas, me ha regalado. ¡Pasen y firmen! ¡Y no dejen de leer todo su blog!
Ahora estoy en el bar de Carlos y hay un cartel grande, con la foto de un gatito pegada, que dice "Si fuma me mata, no me mate"; así que apago el cigarrillo que acabo de encender y pido dos cafés. Tamara fue al baño y yo te sigo esperando. Ya son más de las dos de la mañana, miro al frente, al edificio; todas las luces apagadas. La gente duerme y los únicos desvelados en el barrio, son los pocos borrachos habituales que se juntan acá y yo, que te sigo esperando. Tamara se acerca a mi mesa; su vestido tiene tan poco ruedo que todos se dan vuelta para mirarle las piernas; yo disimulo. - ¿Cómo estoy? - Estás hermosa. - ¿No se ven mis ojeras? - Para nada. Bueno, un poquito. ¿No estás muy desabrigada? El escote de Tamara es amplio y sus tetas son tan grandes que no caben en él, y el saquito blanco y el pañuelo que lleva al cuello tapan tan poco como abrigan. - ¿Me estás mirando las tetas? -Se ríe. Luego me explica que perdió el abrigo antes de estar conmigo.
Grosso, si. Como la realidad.
ResponderEliminarGracias por el envión al Blog de la Maga.
Un gusto pasear por acá.
Beso celeste.