Pensé que sin bolsillos podía tener un poco de su amor;
que mis ideas reemplazarían el hambre de viajes;
y que un hueco en el estómago, un día, era un hermoso gesto azul.
Pero me equivoqué juzgando su carácter;
mis ideas no se mastican,
y tengo un agujero del que mana sangre.
Ahora le doy distintas oportunidades,
moviéndome como su sombra,
habitación tras habitación;
pero ella va a negarse,
prefiere el olvido antes que matarme.
que mis ideas reemplazarían el hambre de viajes;
y que un hueco en el estómago, un día, era un hermoso gesto azul.
Pero me equivoqué juzgando su carácter;
mis ideas no se mastican,
y tengo un agujero del que mana sangre.
Ahora le doy distintas oportunidades,
moviéndome como su sombra,
habitación tras habitación;
pero ella va a negarse,
prefiere el olvido antes que matarme.
nose si reirme o llorar. Prefiero reir. jajajaja. Lo siento si no debe ser así. Me gusto el poema.
ResponderEliminarMe gusto ése poema
ResponderEliminarBesitos David.
¡Patético llorón!
ResponderEliminarMe gusto tu poema. Los hombres pensamos contigo pan y cebolla: luego tenemos niños y nos queremos cortar los bolas.
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