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Ruletenburg


A pesar de todas las que me hizo, siempre voy a odiar a Florencio Romero por lo que me hizo la última vez que lo ví.
Porque Florencio Romero me citó un día de tormenta de Santa Rosa en un bar pequeño y sucio del pueblito en el que vivía. Para llegar tuve que viajar en un colectivo con el techo roto y las ventanas que no cerraban y me baje tan molesta y luego pise tanto barro en esa plaza de Marcos Paz que cuando entre al lugar en el que me esperaba ya lo odiaba como nunca hubiera pensado cuatro años antes que lo iba a odiar.
Encima sentí el olor a humedad y cigarrillo del lugar y pensé que me estaba metiendo en la boca del lobo, una vez más. Porque Florencio Romero,había sido mi novio intermitente, volviéndo a mí cuando estaba falto de piernas, acechándome siempre desde detrás de las paredes, con poemas y flores en los labios con las que lograba tironear de mi virginidad.
Estaba allí, sentado en una mesita verde, bebiendo cerveza de un porrón sucio, con sus dedos amarillos de la nicotina y la mirada de perro perdido con la que inspiraba ternura.
- ¿Para qué me citaste?
- Por que ayer soñe con vos, Laura.
Pero yo estaba preparada. De hecho había pensado durante todo el viaje los argumentos para evitar ser engañada nuevamente y no terminar en uno de esos antros con olor a desinfectante de hospital que él llamaba hoteles.
- ¡Florencio! ¡Vine para hablar seriamente! ¿O acaso pensás que a mi edad puedo estar cayendo en tus trucos baratos? Ya no vas a poder llevarme a fiestas de cumpleaños de tus amigos borrachos y darme alcohol hasta que me duerma; no voy a aceptar piedras como anillos; ya no vas a poder convencerme de que te olvidaste las correcciones de mis libros en tu casa, en tu habitación, bajo la cama.
- Esta vez es verdad, Laura. Anoche te metiste en mi cabeza y me dijiste: "¿Por qué escribís esas cosas sobre mí? ¿No te alcanza con haber destruido mi vida real, que ahora querés destruir mi vida literaria?". Y me inspiraste un cuento. Voy a hacer un cuento y contar toda la verdad; contar como te engañe; como te pedí prestados los libros de Amado y nunca te los devolví. Y así me voy a redimir de todas las veces que te dije que no pongas palos en mi rueda.

Me levanté y me fui, corriendo y chapoteando barro y me subí al primer colectivo que vi y llore mucho con mi cabeza pegada al vidrio frío porque él nunca va a apreciar los sacrificios ni tampoco se va a tomar el esfuerzo de pedir perdón o mascar un chicle antes de hablarme.

Comentarios

  1. ¡Ese Mickey Mouse es igual a vos! Tu panza y tu barba floja!
    ¡Ese Florencio Romero es igual a vos! Igual de desconsiderado por tus mujeres!

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  2. El uso de la primera persona por parte del narrador-pesonaje (que en este cuento es Laura) hace que uno, al leerlo, caiga en el desconcierto de no entender la perspectiva del autor.
    Como sea, la manera en que hacés hablar a Laura y Florencio , me gustó, aunque el trasfondo psicológico de algunas de tus criaturas sea detestable.
    Cariños!
    Wallis

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  3. David:

    hace rato que no pasaba, veo que seguís igual de "sacadito".

    esa descripción de Florencio Romero me hace acordar a alguien, no sé... ¿pero que sea escritor?

    en fin,
    me rio un poco y te dejo saludos, como cada vez que paso por acá.

    ******
    y te dejo el baile del sacadito, de paso, en mi link

    http://www.youtube.com/watch?v=Tl9TywGJDnc

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  4. cerdo, siempre pienso que uno cuando se expresa, sea artistica o literariamete, lo hace para mostrar lo que uno es, o sus pensamientos...
    en que lugar de este cuento te ubicas???
    besitos

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  5. No soy el Cerdo para responder a Dess, que seguro lo ha de conocer mejor que yo. ¿Pero no es una visión un poco limitada del poder creativo de un autor el pensar que uno siempre debe identificarse con sus personajes?

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  6. David/Cerdo: POBRE LAURA!!! se nota que ella estaba enamorada, y el muy ratonazo no la supo entender ni esperar en su momento, y ahora quiere solucionar todo con un simple cuento.
    Encima le robo los libros de Amado el muy turro.
    El cuento me gusta, creó que es uno de los pocos si no el primero de los cuentos donde escribis desde el punto de vista de la mujer.

    Un Beso Mi Cerdito

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  7. en un vaso de agua
    puse a mi corazón llorando
    porque al chico que yo amo
    una perra me lo está robando.

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  8. Muy bueno, Sr. Cerdo, muy bueno... realmente lo disfruté

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  9. ¡Personajes, personajes y personajes! Son personajes reales, más o menos queribles, y sí, detestables.
    ¿No podía esa piba quererse un poco más? Ya bajó por Florencio, luego no es capaz de saltar piedritas. ¿O es que le gusta sufrir y meter los pies en el barro?

    Natalia.

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