Ahora estoy en el bar de Carlos y hay un cartel grande, con la foto de un gatito pegada, que dice "Si fuma me mata, no me mate"; así que apago el cigarrillo que acabo de encender y pido dos cafés. Tamara fue al baño y yo te sigo esperando. Ya son más de las dos de la mañana, miro al frente, al edificio; todas las luces apagadas. La gente duerme y los únicos desvelados en el barrio, son los pocos borrachos habituales que se juntan acá y yo, que te sigo esperando. Tamara se acerca a mi mesa; su vestido tiene tan poco ruedo que todos se dan vuelta para mirarle las piernas; yo disimulo. - ¿Cómo estoy? - Estás hermosa. - ¿No se ven mis ojeras? - Para nada. Bueno, un poquito. ¿No estás muy desabrigada? El escote de Tamara es amplio y sus tetas son tan grandes que no caben en él, y el saquito blanco y el pañuelo que lleva al cuello tapan tan poco como abrigan. - ¿Me estás mirando las tetas? -Se ríe. Luego me explica que perdió el abrigo antes de estar conmigo.
Si, el regalo era mi "Falso Haiku". Abrazo!
ResponderEliminarUn año pidiéndo que me des bola, pobre de mi. Te felicito. Cuidate y... DAME BOLA!
ResponderEliminarCerdito, felíz cumple!
ResponderEliminarMe emocionó, si, pero las lágrimas que me salían eran de la risa. Muy tierno igual.
ResponderEliminarBendiciones en este nuevo ciclo que comienza.
ResponderEliminarCómo siempre, genial. Me gustó el Falso Haiku, te refuerza en mi más alta estima y pedestal.
ResponderEliminarGracias por los saludos al pueblo venezolano, un beso también para todos los argentinos.